En un acto que rozó lo celestial, la Alcaldía de Bucaramanga anunció con bombos y platillos que en apenas 20 minutos solucionaron el problema de iluminación en la intersección de la Diagonal 15 con la calle 45. Una hazaña que, de no ser por la prolongada oscuridad que reinó en la zona durante años, sería motivo de celebración y no de sarcasmo.
La luz al final del túnel… o del escándalo
Este repentino interés por la iluminación pública coincide curiosamente con las investigaciones en curso por la desaparición de luminarias valoradas en más de $23.000 millones. ¿Será que la administración busca desviar la atención con actos relámpago mientras las sombras de la corrupción siguen acechando?
Ciudadanos: entre la incredulidad y la ironía
Los habitantes de Bucaramanga, acostumbrados a promesas incumplidas y soluciones tardías, observan con escepticismo este “milagro” lumínico. Mientras tanto, sectores como la Comuna 16 siguen sumidos en la penumbra, esperando que la administración recuerde que la ciudad va más allá de una sola intersección.
¿Iluminación o cortina de humo?
La repentina eficiencia en la Diagonal 15 plantea más preguntas que respuestas. ¿Es este un verdadero compromiso con la ciudadanía o simplemente una estrategia para desviar la atención de los escándalos que envuelven a la administración? Los bumangueses merecen respuestas claras y acciones consistentes, no solo destellos momentáneos que buscan maquillar la realidad.
